Una reflexión sobre el paso del tiempo, la condición humana, la inocencia y la pérdida de bondades en la edad adulta.
Este proyecto es un trabajo documental intimista en el que a través del vínculo con mi tío José́ Antonio hago una reflexión sobre el paso del tiempo, la condición humana, la inocencia y la pérdida de bondades en la edad adulta. Un paseo por la memoria desde los márgenes. Escuchando nuestras conversaciones, exploro los límites entre lo real y lo ficticio para crear un imaginario visual fantástico.
José Antonio tiene 76 años y una diversidad funcional no catalogada. Con el paso del tiempo, he ido observando como su comportamiento cambiaba y se convertia en una persona más vergonzosa, cohibida e incluso miedosa. He identificado momentos en los que ha vivido emociones que le han bloqueado, circunstancias que podían darse tanto por un exceso de control externo él, o por el propio paso del tiempo y las consecuencias que esto ha tenido en su cuerpo, como su baja movilidad o su ceguera.
Busco dar una visión más certera de la condición de dependencia para evidenciar que lo más importante que necesitamos todas las personas es el acompañamiento y las alianzas. Huyo de los patrones donde socialmente se sitúa la alteridad para retratar a un sujeto agente de su propia vida, sin desposeerle de su personalidad, sus gestos o sus pensamientos.
Diente de leche tiene una misión sanadora, ya que a través de todo el proceso ambas desarrollamos una mayor expresión emocional, y podemos ser más libres y felices dentro de la condición que nos ha tocado vivir a cada una.
Silvia Ayerra con José Antonio Muruzabal
Ganadora de la Beca DKV del XXII Seminario de Fotografía y Periodismo de Albarracín