Islantilla es una zona residencial costera cerca de la frontera entre Huelva y Portugal. Durante dos semanas, en los últimos veranos, he centrado mi mirada en una estrecha franja de playa, donde hileras de pequeñas casas adosadas sustituyeron a dunas y pinares.
Aquel sector es un lugar que apenas tiene los servicios que hoy consideramos básicos en nuestras ciudades; donde la mayor concentración humana se produce, casi siempre, en el supermercado de barrio. Aparentemente nunca ocurre nada interesante, nada que llame la atención.
Sin embargo, si fijamos nuestra atención, un mundo rico en detalles ayuda a definir el modo de vida de un pequeño lugar, durante un breve espacio de tiempo. Es un trabajo que reflexiona sobre la cotidianeidad y cómo ajustamos nuestro comportamiento a través de la invención de pequeñas rutinas en lugares ajenos a donde residimos el resto del año; estableciendo nuevas relaciones con este territorio y con nuestros vecinos ocasionales