Mientras se discuten las políticas migratorias en las más altas instancias, la situación en Dunkerque, la “jungla” menos conocida, demuestra la absoluta vulnerabilidad de los refugiados que llegan a Europa en busca de una vida mejor.
Calais es el campo de refugiados más tristemente popularizado en los medios de comunicación; pero el enclave donde la situación es –aún- más alarmante es en el campo Grande-Synthe, en Dunkerque. Este es el peor campo de refugiados que haya existido hasta el momento en Europa.
Durante doce meses, he estado trabajando como fotógrafo y voluntario en estos dos campos, contribuyendo a dar testimonio de la llegada y huida de los refugiados.