Líneas de inflexión surge de la observación de la dicotomía entre la aparente quietud de arriba en contraste con el movimiento constante de abajo.
Trata de revelar una visión múltiple del mar en torno a dos líneas de horizonte que conectan el cielo, la superficie del mar y el reino subacuático.
Horizonte entendido como la línea que conecta el aire con el agua.
Líneas, contornos y texturas conforman un paisaje marino un tanto irreal que sorprende al espectador por su falta de determinación y busca sugerirle la posibilidad de sensaciones más allá de una mirada a un objeto; en un espacio intermedio entre el lenguaje figurativo y la abstracción, abiertas a la interpretación, a partir de sólo tres elementos: agua, luz y aire.
La instalación "pliegos sin fin", de luz, agua y aire "verdaderos" completa la experiencia de manera más inmersiva, física y presente.