Las personas tenemos necesidad de forma; somos ávidos de formas.
La forma artificial, sin embargo, es cara y difícil de encontrar; generarla implica sistemas sociales y culturales complejos, necesidades funcionales, esfuerzo, aprendizaje, tecnología, habilidades...
La forma natural, en cambio, está allí para ser descubierta, una expresión del potencial del ADN; es diversa y espectacular y se encuentra disponible gratuitamente. Incluso desde la experiencia de la vida nos sorprende mirar los objetos de la naturaleza.
Interactuar con ellos nos permite la satisfacción de participar en una fruición ancestral asociada al deseo.
Los autores de las fotografías son: Irene Castrillo, Aroa Fuentes, Marina Paredes, Gemma Roig, Angie Rugeles i Aina Torrents.